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¿Cómo expresar las emociones?



Fundamentación


La inteligencia emocional es, en pocas palabras, la capacidad de percibir, expresar, comprender y gestionar nuestras emociones. Daniel Goleman, autor de Inteligencia Emocional, afirma que esta puede ser incluso más poderosa que la inteligencia general, y es que nuestras decisiones son influenciadas en gran medida por las emociones. Ser conscientes de nuestras emociones, manejarlas de forma apropiada y reconocerlas en los demás son algunas de las competencias emocionales que todos, sin excepción, podemos aprender.


La inteligencia emocional es, por ende, la asunción de que nuestra inteligencia es emocional, y de que podemos educarla con las prácticas adecuadas. A continuación, revisaremos un elemento crucial de este concepto: la expresión emocional.


La expresión emocional es la capacidad de comprender nuestro estado emocional interno y expresar las emociones de forma apropiada. Hay diversas maneras de expresar las emociones, pero hay ocasiones en que no son expresadas adecuadamente; se reprimen y se esconden, se expresan con ironía o con agresividad. Tales casos pueden verse reflejados en la expresión de emociones más complejas como la envidia y los celos, donde generalmente no se poseen estrategias para realizar un buen manejo de ellas. Cuando sentimos estas emociones, tratamos de “ocultarlas”, como si se trataran de algo vergonzoso, haciendo aún más difícil la posibilidad de comprender y expresar estos fenómenos emocionales.


La envidia y los celos son ejemplos de emociones secundarias, es decir, emociones que requieren de un cierto grado de desarrollo cognitivo en el individuo para ser elaboradas. Ambas emociones están influenciadas por la cultura y las normas sociales, influyen en el autoconcepto (opinión de una persona sobre sí misma) y la autoestima (aprecio de una persona por sí misma), y ayudan a construir la identidad personal.


La envidia es una emoción que surge cuando nos comparamos con los demás y tenemos la sensación de que alguien tiene ciertas cosas que nos gustaría conseguir, y no estamos seguros de ser capaces o de disponer de los recursos necesarios para lograrlas. El contraste entre la percepción del logro alcanzado por el otro y lo que nosotros no estamos realizando puede producir dolor, impotencia u odio. Sentir envidia es parte de la naturaleza del ser humano, y aparecerá en la medida en que se den ciertas condiciones de contraste entre nuestra realidad y la de otro. No obstante, debemos prestar especial atención a la envidia cuando el sufrimiento por el bien ajeno se apodera de nosotros y nos conduce a una sensación de vacío e inferioridad, de disconformidad con nuestra vida y una repercusión en nuestra autoestima.


Por otro lado, los celos son el miedo a perder lo que amamos. Hay celos de pareja, amigos, hermanos, padres, primos, etc. “Si tiene celos es porque te quiere” y “soy celoso porque te amo” son frases que seguramente todos hemos escuchado; sin embargo, es importante aclarar que los celos no son una manifestación de amor, sino una respuesta emocional al miedo de perder aquello que creemos que nos pertenece. Este miedo a perder nos lleva a comportarnos de una manera que aleja a las personas de nosotros, pues las personas no se mantienen juntas por el control, sino porque las dos quieren. Una persona deja de querer estar junto a otra cuando intentan controlarle porque empieza a no estar a gusto.


Consideramos que el manejo y expresión de estas emociones en adolescentes cobra suma relevancia con la irrupción de las redes sociales. Las plataformas virtuales dan más oportunidades para, por ejemplo, sentir envidia, ya que se incrementan las probabilidades de que comparemos nuestra vida con la de otros y sintamos que al resto les va mejor. Asimismo, las redes sociales también pueden despertar los celos, ya que entre los adolescentes hay ciertos códigos como los “me gusta”, que podrían llevar implícito cierto interés hacia una persona. Por último, diversas encuestas en la web señalan que son los jóvenes quienes pasan más tiempo en estos espacios virtuales, y es frente a este escenario que consideramos importante la creación de técnicas y actividades en torno a la educación emocional para ser desarrolladas en el marco educativo.

 

Actividad 1: La envidia en redes sociales


Introducción: La envidia se genera cuando experimentamos ciertas necesidades o deseos, y percibimos a alguien que ha realizado alguno de esos deseos. Además, cuando estamos bajo la influencia de esta emoción, creemos que no disponemos de los recursos necesarios para lograr realizar dichos deseos. Esta situación se ve intensificada con la aparición de las redes sociales, pues es mucho más fácil frustrarse y sentir envidia al compararse con otras personas en línea. Al navegar en estas plataformas, es fácil hallar comentarios llenos de envidia en perfiles de personajes famosos o influencers, y esta expresión de emociones inadecuada puede producir mucho daño a la otra persona.


Actividad: En grupos de 4 a 6 estudiantes, se les hará entrega de dos hojas, una con diversos comentarios envidiosos que fueron tomados de publicaciones en redes sociales, y otra en blanco. Las plataformas de las que se extrajeron los comentarios fueron Instagram y Facebook.


El listado de comentarios es el siguiente:

1) “Qué posera esta mina, aparte le pone cualquier photoshop a sus fotos. Yo la he visto en persona y no se ve así de delgada”.

2) “Te ves muy bien en esa foto, no pareciera que fueras tú”.

3) “Qué lata que se maquille tanto, siempre he dicho que natural es mejor, aunque igual se entiende porque está llena de espinillas”.

4) “¿Y de qué le sirve tener ese cuerpo si es tonto? Yo prefiero tener algo de cabeza e inteligencia en vez de tanto músculo”.

5) “No me gustaría tener un pololo que me regale flores todos los días, qué chato, además estas parejas que profesan su amor por Internet no suelen durar mucho”.

6) “El premio de Miss Universo no debió haberlo ganado ella. Había otras concursantes mucho más lindas como la de mi país”.

7) “Habiendo tantos actores para este papel, ¿por qué no se lo dieron a alguien con más experiencia?”

8) “Qué atroz esos jeans tan ajustados… ahora los hombres quieren parecer mujeres”.

9) “Qué ridículo. Ya no tiene 20 años, no debería andar por la calle vestido así”.

10) “Esos brazitos… se veía mejor cuando tenía unos kilos de más, ahora se ve poco saludable”.


Después de que los alumnos hayan leído la hoja, deben comentar con el grupo las siguientes preguntas:

· ¿Alguna vez te han dicho alguno de estos comentarios, o algo similar? ¿Cómo te sentiste?

· ¿Alguna vez has hecho alguno de estos comentarios a alguien, o algo similar? ¿En qué situación? ¿Por qué? ¿Cómo crees que se sintió esa persona?


Una vez que hayan compartido sus experiencias, los estudiantes deberán ser capaces de reescribir estos comentarios en la hoja blanca desde una perspectiva que no involucre la envidia; por ejemplo, a partir de la admiración, de la “buena onda”, etc. La idea es reconocer que hay otras personas y situaciones que son muy buenas, y que a lo mejor no podemos llegar a vivirlas, compartirlas o disfrutarlas; pero el no poder hacerlo no nos impide ser felices con lo que tenemos o lo que podemos alcanzar. Hay cosas y situaciones a las que quizá no podemos llegar, y está bien; pero eso no es una limitación para no ser felices, ni desde luego es una invitación para ser infelices


Material para el alumno: A continuación se adjunta el enlace de una infografía diseñada en la plataforma Genially, en la que se resumen los puntos principales de la expresión emocional de la envidia. La disponibilidad de esta ilustración en línea permite que ellos puedan acceder a la información cuando deseen. También se espera que ellos puedan participar en la transmisión de estos conocimientos, difundiendo la infografía entre sus amigos y cercanos.

 

Actividad 2: Radiografía de un celoso

Introducción: Cuando sentimos celos, buscamos que lo que nosotros pensamos sea la realidad. Cualquier dato que confirme nuestras sospechas, aunque sea erróneo. Nos obsesionamos por buscar evidencias e irradiamos una red alrededor de la otra persona para incrementar nuestra sensación de control. Pero, ¿podemos controlar a las personas? La respuesta es no. No podemos obligarlas a que nos quieran, ni a que manifiesten una aproximación preferente hacia nosotros de forma continua respecto al resto de su mundo. Es conveniente verbalizar con nosotros mismos el reconocimiento de que algo nos está pasando y no nos estamos comportando de forma coherente con quienes amamos. Es muy importante entender que la persona amada no es un objeto personal, ni una pertenencia, sino que tiene intereses e ideas propias, y no siempre va a querer compartir todas nuestras propuestas; hay que aprender a respetar, aceptar y disfrutar esas diferencias.

Actividad: En grupos de 4 a 6 estudiantes, se les hará entrega de un listado de síntomas conductuales y de comunicación típicos de los celos (también se pueden agregar situaciones en que hayan sentido celos y que no estén contenidas en el listado). Las situaciones pueden referirse a relaciones de pareja, amistad, hermandad, etc. La gran mayoría de las situaciones están asociadas a la llegada de las nuevas tecnologías de comunicación como las redes sociales, pues los adolescentes pueden desarrollar una serie de actitudes patológicas, ya que son el grupo etario que más tiempo pasa en ellas.

A continuación, se adjunta el listado:


1) Cuestionar la hora de conexión de WhatsApp. ¿Has exigido a otro de que esa última hora de conexión sea simultánea? ¿has dicho cosas como “sé a qué hora estuviste hablando, y si no era conmigo quizá con otro…?”

2) Cuestionar las personas con las que se habla. ¿Has intentado controlar con quién se habla o si hay derecho o no a mantener esas conversaciones? ¿crees que al hacerlo tu relación ya no corre peligro?

3) Cuestionar el tiempo que se dedica a otras personas. ¿Te enfadas cuando no eres el objeto de atención de tu familia, amistades o pareja? ¿reclamas por un espacio exclusivo?

4) Preguntar qué se hace en cada momento o dónde se encuentra la otra persona. Estas actitudes parecen mostrar un interés por las actividades de los demás en un principio, para acabar controlando la vida de la otra persona.

5) Curiosear sus contactos de Facebook. ¿Sueles vigilar los contactos de tus amigos o de tu pareja? ¿has creado cuentas falsas para hacerlo?

6) Controlar con quien habla. ¿Has mirado con quien chatea? ¿has revisado el historial de llamadas?

7) No presentar a la persona. ¿Has evitado, por ejemplo, la presentación de tu pareja a tus amigos? ¿has evitado etiquetar a tus amigos en redes sociales para que no los sigan otras personas?

8) Interrogar a la persona.

9) Cualquier desviación del camino para ver dónde está la otra persona. ¿Has sentido la necesidad de vigilar a alguien o de encontrarte con alguien de manera intencionada?

10) Cualquier otra situación que quieras agregar y que no se encuentre en este listado.


Una vez que los alumnos reconozcan los comportamientos en los cuales han incurrido, deben comentar con el grupo las siguientes preguntas:

· ¿De qué forma te sentiste cuando tuviste esta experiencia? ¿Por qué?

· ¿Cómo te expresaste con la otra persona? ¿Fuiste agresivo, decidiste no hablarle, insultarle, acusarle de cosas que no ha dicho o ha hecho, golpearle? ¿Crees que te expresaste de forma adecuada?

· ¿Pensaste en el sufrimiento que podrías estar causando a la otra persona?

· ¿Crees que es sano para ti generar estos mecanismos de control? ¿Qué podrías hacer al respecto?


Material para el alumno: A continuación se adjunta el enlace de una infografía diseñada en la plataforma Genially. La disponibilidad de estos recursos en línea permite que ellos puedan acceder a la información cuando requieran de ella.

 

Recursos.

Para profundizar en la expresión de las emociones revisadas en este eje, recomendamos los siguientes recursos:

- Capítulo 5 “Aprender de la envidia” del libro La sabiduría de las emociones de Norberto Levy. Disponible en: https://libroayudate.files.wordpress.com/2015/07/norberto-levy-la-sabiduria-de-las-emociones.pdf

- Audio de Podcast “La Envidia” de Entiende Tu Mente con los psicólogos Molo Cebrián, Mónica González y Luis Muiño. Disponible en Spotify: https://open.spotify.com/episode/58aBJUTzxNf6AfFzksyDix

- Audio de Podcast “Celos. Cuando se convierten en un problema que genera malestar” de Entiende tu Mente. Disponible en Spotify: https://open.spotify.com/episode/275ljuW55srJXEz84ZZAHO


 

Referencias


Bisquerra, R. (2003). EDUCACIÓN EMOCIONAL Y COMPETENCIAS BÁSICAS PARA LA VIDA. Revista de Investigación Educativa, 21(1), 7-43.


Cebrián, M., González, M. y Muiño, L. (15 de mayo de 2017). Celos. Cuando se convierten en un problema que genera malestar [Audio de Podcast]. Recuperado de: https://open.spotify.com/episode/275ljuW55srJXEz84ZZAHO


Cebrián, M., González, M. y Muiño, L. (15 de octubre de 2019). Hablamos de la envidia [Audio de Podcast]. Recuperado de: https://open.spotify.com/episode/0bjIOBYi0LtVXv8zo7sw4C


Levy, N. (2000). La sabiduría de las emociones. Buenos Aires, Argentina. Ed. Debolsillo.


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